miércoles, 29 de octubre de 2008

El desayuno

Cristian no era atractivo. Pero eso nunca me importó. O me estaría sintiendo mas sola que otros días.
Lamento que se haya gastado conmigo la cena de canje por hacer la identidad gráfica de un restaurante de Palermo Hollywood. Lo lamento porque su inversión se esfumó antes de las 24hs y porque comida árabe posta era la que hacía el turco Yaber en mi Chacabuco natal.
Pero si hay algo que pongo en este tipo de citas, es voluntad. Para que después no me digan que no me viene bien ni la de Borguetti.
En el juego de seducción cada uno tiene un papel. Uno habilita y el otro avanza. Si estos roles se intercambian, mucho mejor.
Pero esa anoche, por mas voluntad que le pusiera no encontraba nada que me despertara el indio. Es mas, parecía que el indio se había tomado una caja de Alplax.
Como muchas veces fui acusada de “mujer poronga” dije, ok me guardo la puntita y me dejo llevar.
Y los hombres, cuando están muy copados con una mina, aceptan dormir en la misma cama sin tener sexo. Me atrevo a afirmar que ese era el caso de Cristian porque de lo contrario habría querido cobrarse su inversión.
No se si todas las mujeres piensan como yo, pero creo que un hombre no debe tolerar esa situación. Si yo fuera hombre, le hago un “ofendido”, me levanto y me voy. Una mina nunca va a poder ver como un toro semental a un tipo que soporta tenerla a diez centímetros de su cuerpo, casi desnuda y sin intentar tocarla.
Aclaración para aquellos hombres que alguna vez durmieron con una amiga: una amiga nunca quiere ver como un “toro semental” a un amigo. Y si es amiga de verdad le prepara un lecho super acogedor en el sillón.
Cristian no solo no se fue sino que al otro día se despertó antes y preparó el desayuno.
Entonces si, le di rienda suelta a mi mala onda que hasta el momento había estado contenida como la pelota abajo del agua. Eso es algo que nunca pude controlar, los hombres que no me gustan, me enojan. Como si fuesen responsables.
Concretamente estallé cuando me explicó que de haber tenido mas cosas en la heladera, podría haber hecho un desayuno mas “divertido”.
DIVERTIDO???
Divertido dijo??? ¿escuché bien? Pero por Dios!!! De haber tenido mas cosas en la heladera el desayuno podría haber sido mas suculento, mas apetitoso, mas proteico!!! Pero nunca mas “divertido” !!!
Además hay dos expresiones que odio profundamente: que la gente se refiera a sus padres como “mis padres” y no “mis viejos” y que califiquen como “divertido” a objetos inanimados.
Tardé en tomar el café lo mismo que en vestirme, abrir las persianas, hacer la cama y apretar el botón del ascensor y todo lo hice en menos de tres minutos.
Cuando en el 5to subió mi vecina pude ver en un flash todo mi error. La vieja le echó una mirada de reojo y a mi ni siquiera me miró. Serían los años que bastó solo una mirada para darse cuenta que ese chico no era para mi. Yo, como una verdadera imbécil, mezclada con hija de puta tuve que ir a cenar, hablar pelotudeces toda la noche, someterlo a la resistencia del deseo... Para darme cuenta.
O tal vez fue solo una cuestión de prioridades. Creo que prefiero que me abran la camisa antes que la heladera.

martes, 28 de octubre de 2008

No traigas el champagne en una bolsa de Cheeky

En menos de 30 días Julieta conocería al que hoy es el padre de sus hijos.
Pero no es adivina y estaba en esos momentos en que te das cuenta que tu vida no es una película con abrazos y enseñanzas.
Era 31 de enero y estaba de trampa. Él era “felizmente” casado como le gusta decir a la gente que necesita reafirmarlo.
Tres hijos. Tres retoños hermosos que se daban cuenta de todo. Cuando los chicos están en la edad del pavo se aprovechan de eso. Los adultos no les prestan atención porque creen que todavía son niños, pero ellos empiezan a comprender la vida adulta y se refugian en esa edad para no darse cuenta lo pavos que son sus padres.
La familia pasaba las fiestas en Punta. Pero él, sacrificado padre de familia que cuida su bienestar sosteniendo un próspero negocio gastronómico, se quedaba en Buenos Aires.
De trampa.
Julieta no sentía el menor remordimiento por esto. Tal vez solo un poco. Pero le duraba lo que tardaba en llegar a la próxima vidriera mientras compraba los regalos de Navidad.
Se compró el mejor conjuntito Victoria's Secret. Depilada ya estaba.
A las 9 de la noche él la pasó a buscar.
A veces uno tiene la sensación de haber encontrado a la persona correcta y que por esas perversiones del destino el tipo es cura, se fue a la guerra o simplemente está casado con otra. Esa certeza tenía Juli mientras se enamoraba mas y mas cada minuto. Sus historias de héroe, sus chistes, sus boludeces, le confirmaban esa certeza. Incluso cuando le daba consejos y se metía en sus decisiones. Cuando una persona te da permiso para eso podés hacer con él o ella lo que quieras. Atención: Zona resbaladiza.
Una noche mágica, una noche soñada, una noche para no olvidar. Él era todo para ella y pronto llegaría el momento de “blanquear” la situación.
O por lo menos eso pensaba hasta que subieron a su casa. Él dice: “me olvidé, tengo un champagne en el auto, lo voy a buscar”. Momento ideal para pasar al baño y acicalarse como una doncella y bla bla bla (acá va toda esa parte romántica que a las mujeres nos calienta).
Pero cuando él vuelve con el champagne lo trae en una bolsa de Cheeky. Una bolsa que le habrían dado a la mujer al comprar los regalos de los chicos.
Los que estuvieron cerca de la muerte cuentan que ven pasar como en una película las escenas de su vida. Lo que vió Juli en ese momento fueron las escenas de una vida que no quería vivir. El príncipe se convirtió en sapo y la doncella en una de esas brujas que regalan manzanas.
Garcharon igual, claro. Y después tomaron el champagne. Pero al otro día, cuando Juli hacía un bollo con la bolsa para tirarla a la basura, tiró también la ilusión.
Ahora, Papá Noel les trae regalos a sus hijos en las bolsas originales.

Mi ex se volvió gay

Enterarte después de mucho tiempo de que un novio que tuviste en la juventud se volvió gay, no es una buena noticia.
Por lo menos no es una noticia fácil de digerir.
Después de haber hecho los chistes obligados y cumplir con la rutina humorística de gente piola y canchera como mi grupo de amigos, y después de responder, airosa y con soltura, las preguntas incisivas de la curiosidad morbo de ellos, volví a mi casa con una sensación de justicia.
Sinceramente no podía recordar ningún detalle de aquella relación breve, fugaz, de novios adolescentes que me hiciera pensar que a Osvaldo le gustaban los tipos.
Sin embargo lo que recordaba de él era un gesto de hidalguía que a mi temprana edad ya sabía que no era común en los hombres. Y tal vez de un modo premonitorio, sabía que debía valorar.
Habíamos salido un mes, quizás dos. Osvaldo era un tipo callado. Introvertido. De aspecto mas vale rudo. Varonil.
Me gustaba estar con él. La pasábamos bien. Teníamos buen sexo. Aunque ahora que lo pienso sospecho que por momentos se aburría un poco.
El gesto de nobleza lo tuvo en el momento que me dejó. No recuerdo que habíamos hecho la noche anterior. Tampoco recuerdo nada que lo haya hecho sentir mal o que le haya molestado. En un momento había aparecido una ex hinchando las pelotas (las exs de ellos siempre aparecen cuando una empieza a sentirse bien y empieza a calificar para siguiente ex) y lo habíamos resuelto muy fácil:
- vos queres volver con ella?
- No, ya fue, yo quiero estar con vos.
- ok.
Y asunto olvidado.
Todo siguió dentro de esa calma.
Pero un día viene a casa. Toca timbre. Me sorprendí porque no lo esperaba (en esa época no existían los mensajes de texto. Me pregunto cuales serán los efectos “sorpresa” de los adolescentes de los 00’) y salí a abrirle la puerta, contenta.
No me acuerdo que palabras usó para decirme que ya no quería estar mas conmigo pero me acuerdo que lo hizo sin dudar.
No me quedaron dudas a mi tampoco. Debo haber llorado. Seguramente. Un poco. (Pero copiosamente).
Después de eso, tuvimos encuentros fugaces. Como solía hacer yo con mis exs en aquella época.
Pero ahora, tantos años después, que me entero de que Osvaldo es gay, no me sorprende. Es mas... Creo que se ha hecho justicia. Creo que aquella tarde tuvo esa conducta movilizado por su parte femenina. Creo que si Osvaldo fuese 100% hombre esa tarde habría usado recursos lastimosos, excusas innecesarias, o lo que es mucho mas patético, habría buscado la salida en otras piernas.
Los hombres al 100% no tienen esa capacidad para hablar y decir con tanta claridad lo que quieren.
No che. Osvaldo me dejó como un hombre, usando su parte de mujer.